Maíz en el sur de Chile: es tiempo de ensilajes

A través del Área de Producción Primaria del Consorcio Lechero, compartimos una serie de consejos para lograr una producción de ensilajes de maíz de calidad que aseguren un alimento óptimo para los planteles lecheros.

En la revista Campo Sureño de El Austral, que circula entre Los Ángeles y Chiloé, presentamos esta información técnica, en la cual Alejandra Viedma junto al productor lechero Jaime Heinrich y los agrónomos Eduardo Barra y Helmut Müller, entregan información para tomar en cuenta al momento de realizar este proceso de conservación de forraje.

Revisa el link: https://bit.ly/ensilaje_maiz

La cosecha para este año se ve muy bien aspectada para los ensilajes de maíz. Ya hay productores que comenzaron a hacerlo en distintos sectores del sur de Chile.
Para esta temporada se espera que sea una cosecha rápida, de acuerdo a lo que ha sido el comportamiento del año.

“Se ha visto que ha ido aumentando la demanda por la siembra de maíz, por el concepto de “segundo piso” para el campo y hacer un manejo estratégico tanto por la cantidad de forraje como por la necesidad de energía en momentos en que ésta es débil en la pradera”, destaca Alejandra Viedma, encargada de Producción Primaria del Consorcio Lechero.

Al tener un cultivo de maíz dentro del predio, los costos serán menores que comprar esa energía para la ración fuera del campo. La sustentabilidad también tiene un componente económico y una de las claves es producir la mayor cantidad de alimento posible dentro del predio.

El Área de Producción Primaria del Consorcio Lechero ha trabajado mucho en lo que respecta al pastoreo de praderas. Sin embargo, es necesario dar un paso más allá al poner sobre la mesa a los cultivos suplementarios. “Todavía hay mucho por avanzar, pero si uno va a los campos, en general, cada vez encuentras más cultivos suplementarios y con buenos manejos. Dentro de eso, como producción de energía, la más competitiva en términos económicos en relación al costo del kilo de materia seca sigue siendo el maíz”, precisó Eduardo Barra, zonal Osorno de semillas Curimapu.

Para el productor lechero de Río Bueno, Jaime Heinrich, quien es socio de Aproval, el ensilaje de maíz es una opción de un alimento de alta calidad en su sistema. “Consideramos utilizar una variedad que se adapte a las condiciones donde estamos. Tratamos de usar variedades de ciclo corto-mediano, para poder cosechar a tiempo. Muchas veces los otoños se vuelven un poco lluviosos, aunque eso no pasó la temporada pasada. Cosechar temprano permite un buen desplazamiento de la maquinaria, por ende una buena calidad de ensilaje y otro factor es que deja disponible el suelo para el establecimiento de algún cultivo invernal que, en la lógica de sembrarlo en marzo, también tiene un potencial mucho mayor que si uno lo siembra en abril”.

Hoy se estima, de acuerdo a la estadística de las empresas comercializadoras de semilla, en 15 mil las hectáreas de maíz para ensilaje desde Temuco a Los Muermos. Existen la tecnología, los híbridos, más prestadores de servicio y, muy importante, productores con ganas de atreverse a hacerlo. “Es una alternativa de crecimiento de toneladas de alimento para el productor, sin tener que pensar en comprar otro campo. Es un 30% más barato que un ensilaje de pradera”, destaca Jaime Irigoyen, gerente comercial de Curimapu.

Es muy importante cosechar el maíz con una madurez óptima, por la digestibilidad de la fibra y el almidón. Esa madurez que se busca es de un 33 a 35% de la planta. Por ejemplo, el tip principal es la madurez de la mazorca (alrededor de ¾ de la línea de leche. El maíz se va secando desde afuera del grano hacia adentro. En la medida que el almidón se va secando, se va revisando el punto óptimo. Cuando se aumenta la maduración del ensilaje, es posible aumentar el contenido del almidón, pero la calidad de la fibra es mala. Por lo tanto, la digestibilidad será menor. La planta tiende a secarse, la compactación de los silos no es la adecuada y tendrá factores como el aumento en la incidencia de hongos en el ensilaje con una planta con más hojas secas”, destacó Eduardo Barra.

En superficies grandes, se recomienda una siembra escalonada para que la cosecha no se arranque y se concentre en una sola fecha. Al cosechar tarde, se pierde calidad de la fibra y las fermentaciones empeoran.

Hay productores que tienen riego en su maíz. A quienes ensilan, se les recomienda no detener el riego, para que así la planta no acelere su proceso de maduración y secado. En el fondo, el riego se corta calculando que el suelo se mantenga húmedo hasta la cosecha. La recomendación es que no esté seco, para no estresar a la planta y que pierda el factor verde. La humedad del suelo se puede medir incluso con una pala.

Al momento de hacer el ensilaje, se recomientda usar inoculantes, que contribuyen a mejorar la fermentación y ayudar a la estabilidad al momento de abrirlo.

También es clave el flujo de información con el prestador de servicios. Esa conversación antes, durante y después del ensilaje ayuda a que haya comunicación y el prestador de servicio pueda programar su cosecha con el equipo. A menor volumen establecido, se recomienda que el productor tome contacto con anticipación con quien le prestará servicios para ir informando la maduración del maíz. Se recomienda considerar muy bien dónde se ubicará el ensilaje, diseñando y programando el lugar y, muy importante, dónde se entregará.

En la elección de variedades, es importante saber qué tipo de híbrido se va a establecer, las precocidades, el índice FAO, la zona donde se sembrará, si se hará bajo plástico, si tiene o no riego.

COSECHA

Al momento de la confección, hay que fijarse en el picado del grano. El grano debe estar roto, “crackeado”. Igualmente, fijarse en el tamaño de la fibra, que permitirá una mejor compactación del ensilaje.

El especialista en mecanización y jefe del departamento de Maquinaria Agrícola de Cooprinsem, Helmut Müller, explicó que, al momento de la cosecha de maíz, la elección de la altura de corte debiese variar entre 5 a 10 cms. “Aplicar menos altura de corte puede derivar en riesgo de entrada de impurezas al producto cosechado y posteriormente al silo. Alturas superiores van en desmedro del rendimiento final y puede desbalancear los contenidos de fibra del silo. Debe ponerse atención en el tamaño de picado, debiendo oscilar entre 1 y 2 cms. Tamaños de picado muy finos pueden llegar a interferir posteriormente en la actividad ruminal de los animales y crear desordenes metabólicos. Por otro lado, tamaños de picado excesivos, dificultarán el proceso de compactado del silo”.

Al contratar un servicio debe poder verificarse que la máquina ha recibido mantenimiento respecto a afilado de cuchillas del cabezal de corte, así como observar en la salida del producto recolectado, una buena relación de grano partido que mejore su potencial fermentativo.

Una buena compactación es fundamental. Debe existir una buena relación de avance de faena entre las cosechadoras en el potrero y los equipos de traslado y compactado en el silo, destaca Müller. “Una relación teórica útil indica que 10 horas de cosecha debe complementarse con las mismas 10 horas en capacidad de compactado. Además, el peso de los tractores o equipos similares utilizados en la faena del compactado, debe ser al menos un 40% del tonelaje por hora cosechado: A 100 toneladas por hora, debe proveerse 40 toneladas de peso de equipos trabajando en el silo”.

Entre los errores frecuentes, cita que muchas veces no se calcula de manera correcta la dimensión necesaria para optimizar la conservación y posterior utilización del silo. “Las capas dispuestas en el silo no deben superar los 35 cm por cada labor de compactado. Además, cada cara expuesta del silo una vez abierto debe comenzar y terminar en 1 día, es ideal que las capas de corte en profundidad no superen los 30 cm. Cosechas con excesiva humedad pueden generar grandes pérdidas por lechadas que arrastrarán nutrientes”.

Cuando el clima es benigno y la disponibilidad de servicio de cosecha es abundante, todo resulta más simple. Todos pueden esperar el punto óptimo de cosecha. La gran interrogante surge cuando el clima es adverso y la disponibilidad de equipos para cosechar es limitada. “Ahí la gran interrogante es qué factores se deben sacrificar de manera de poder sacar la faena de cosecha adelante”.

El sistema de siembra bajo plástico es una alternativa especialmente diseñada para desarrollar el cultivo del maíz en zonas que por naturaleza presentan limitantes climáticas.

Como en todo cultivo suplementario, el resultado en cuanto a calidad y rendimiento con el objetivo de obtener un buen alimento a bajo costo, es el fruto de una ejecución correcta de los manejos desde la siembra a la cosecha, donde la supervisión y seguimiento del agricultor es fundamental.

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