La población adulta mayor pierde mucha masa muscular esquelética, a medida que transcurren los años. De hecho, es común que se asocie a sarcopenia, un síndrome que también está acompañado de menor fuerza en los músculos y rendimiento físico. Los lácteos, como el yogur, son una fuente accesible de proteínas y otros nutrientes para ellos, lo que motivó un estudio destinado a fomentar su consumo. Este es dirigido por Matías Monsálvez-Álvarez, doctor en nutrición, investigador y docente de la Universidad de O’Higgins, Rancagua, quien obtuvo un premio otorgado por la Sociedad Chilena de Nutrición (Sochinut) y el Consorcio Lechero para financiarlo.
El proyecto denominado “No whey: Lácteos altos en proteína y ejercicio de resistencia para la mejora de la composición corporal y función muscular de las personas mayores” busca incentivar el consumo de lácteos enriquecidos con proteína para fomentar el efecto de aumento y mantención de masa muscular a través del ejercicio en personas mayores.
Para eso se comparará el consumo de 2 porciones de yogur al día en conjunto con programas de entrenamiento de la fuerza con la ingesta suplementos deportivos a base de suero de leche. El llamativo nombre de este trabajo es un juego de palabras, según el autor. “El no whey significa ‘de ninguna manera’, y se refiere a que posiblemente no es mejor consumir la proteína de un suplemento deportivo, sino mejor en un lácteo como el yogur”, destaca.
Perder el miedo
Monsálvez-Álvarez explica que con dicho trabajo se busca que la gente pierda un poco el miedo a consumir lácteos, ya que estos productos entregan muchas más propiedades nutricionales que un simple aislado de un solo macronutriente. El experto señala que tienen un sinfín de otros beneficios, asociados al perfil lipídico, gastrointestinales, entre otros. “Queremos ver el potencial de los yogures altos en proteínas, que se han vuelto muy populares en los últimos años, en toda la población”, agrega.
A juicio del investigador, la forma típica o clásica de suplementar proteínas es, a través de los suplementos deportivos. Lo mismo ocurre con personas mayores que quieren o necesitan preservar y mejorar su musculatura. De hecho, hay estudios que plantean que después de los 65 años, la sarcopenia se acelera hasta un 10% por década. Y según la OMS, en 2030 una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 60.
“Por eso este trabajo quiere comparar la misma cantidad de consumo de proteínas en un suplemento versus un yogur, para personas mayores que entrenen su fuerza una cantidad de semanas”, detalla.
Grupos de control
El proyecto debería empezar a desarrollarse a inicios del próximo año, con alrededor de 16 personas, que serán divididos en dos grupos de control. “Ambos van a hacer ejercicio siempre, pero uno va a recibir un suplemento deportivo de proteínas y el otro va a comer yogur. Vamos a monitorizar la fuerza, la que se entrenara tres veces a la semana, algo bien estándar y probado, que mejora la fuerza y la composición corporal de las personas mayores”, señala Monsálvez-Álvarez.
En las bebidas deportivas, que consumirá el primer grupo, viene un aislado de la proteína del suero de la leche, pero no hay más componentes nutritivos, como en el caso del yogur. “No hay carbohidratos, grasa, etcétera”, resalta el investigador. En cambio, en el segundo, el yogur que se les dará tiene un alto valor proteico y otros beneficios, es decir, es un alimento, al igual que la leche y otros lácteos.
La duración del proyecto será cercano a un año, con los análisis, conclusiones, y otros datos obtenidos. Sin embargo, el entrenamiento y seguimiento de los grupos será de 8 semanas, según estima Monsálvez-Álvarez. “Queremos enviar después estos resultados a algún congreso internacional y nacional, ideal, del área, ya sea de ejercicio, fisiología o nutrición, y mostrar lo que hicimos”, comenta. Y añade que “fue muy importante obtener este premio, ya que, sin él, difícilmente podríamos haber conseguido el financiamiento para desarrollarlo”, expresa.
Yogur chileno
Monsálvez-Álvarez declara que el yogur enriquecido con proteína es una fuente accesible, reconocida por todos, fácil de encontrar y económica para obtener los nutrientes necesarios para las personas mayores. “En cambio, los productos provenientes del isolado (aislado) de proteína de suero de la leche, son mucho más caros, lo que hace que sea difícil para esta población tener acceso a ellos”, señala.
Según afirma, lo que destaca también a los yogures nacionales es que son de alta calidad. El año pasado realizó junto a su equipo, un análisis del contenido de proteína y aminoácidos de estos lácteos chilenos, y se dieron cuenta que tenían un buen perfil de ambos, y que eran muy similares al del suplemento, pero sumado a otras cosas beneficiosas. “Tienen un poco más de grasa, carbohidratos, otorgan efectos positivos en el campo gastrointestinal, del perfil lipídico, y otros. Por ejemplo, tú puedes sostener la cantidad de proteínas y aminoácidos que hay en un batido de deportistas, consumiendo dos porciones de distintos tipos de yogur”, relata.
Además, comenta que en el mercado existe una gran cantidad de yogures que se les agrega concentrado de la misma proteína de leche, para que tengan una mayor cantidad de proteína en relación a un yogur clásico. “Uno natural tiene de 3 a 4 gramos de proteína, y ahora hay unos que poseen 12 o 14 gramos por envase”, explica. Este dato hace que no sea necesario buscar una marca en específico si se quiere consumir uno de estos alimentos nutritivos.
“Los mayores consumen menos proteínas mientras más envejecen lo que conlleva una pérdida de masa muscular progresiva, por eso esta estrategia es fácil y para todos”, agrega. Al finalizar el estudio, el equipo de Monsálvez-Álvarez planea generar una publicación científica que refleje la relevancia de este tipo de lácteos, para que así aumente su ingesta por parte de la población adulto mayor, que tanto requiere de sus beneficios.