400 mil millones de pesos al año podrían ahorrar al país las Guías Alimentarias

En más de 400 mil millones de pesos anuales podría disminuir el gasto del Estado chileno en salud si se aplican las recomendaciones contenidas en las Guías Alimentarias para Chile, publicadas recientemente por el Ministerio de Salud.

 

El doctor en Nutrición y Alimentos Rodrigo Valenzuela, académico e investigador de la Universidad de Chile, miembro del equipo que colaboró en la elaboración del citado documento, afirma que la adopción de hábitos saludables en este aspecto por parte de la población podría disminuir entre un 10 y un 30 por ciento el riesgo de contraer enfermedades en general. Pero que podría llegar a 50 por ciento en patologías como la obesidad, diabetes, hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular.

 

En conjunto estas anomalías representan un tercio del gasto anual del país en salud, es decir unos 4 billones de pesos. La disminución de un 10 por ciento en el riesgo de padecerlas por efecto de una buena alimentación podría significar un ahorro del orden de los 400 mil millones de pesos.

 

El dato es consistente con lo publicado por la Universidad Alberto Hurtado en el estudio “Impacto Macro del Aumento del Gasto en Alimentación óptima: el caso de Chile”.

 

Según este reporte un 1% del gasto óptimo en alimentación (20 calorías aprox.) tiene un efecto positivo de 0,1% en la productividad acumulada en los próximos 5 años. En consecuencia, los efectos sobre el PIB son del 0,3% en 5 años. Esto equivale a casi 6,000 millones de dólares extra para la economía y 1,100 millones extra de más presupuesto fiscal.

 

Las Guías Alimentarias para Chile reúnen el conocimiento científico aplicable a la nutrición y lo traducen en una serie de indicaciones para que el consumo de alimentos favorezca una vida saludable.

 

ALTO A LOS ULTRA PROCESADOS

 

Las Guías responden a una recomendación de la FAO y la OMS. Chile fue el primero en implementarlas en América Latina, tomando como base pautas elaboradas en países desarrollados. La anterior publicada en nuestro país en 2013 tuvo como modelo la formulada en Noruega.

 

La actualmente vigente en Chile, emitida a fines de 2022, es la primera construida con metodología producida en el país. Contempló la participación de expertos y también de miembros de la comunidad como pobladores, campesinos, indígenas, pescadores.

 

El resultado abarcó no sólo recomendaciones nutricionales sino también otras de carácter social y cultural, como la valoración de la gastronomía tradicional, la participación familiar y no sólo femenina en las tareas culinarias, la conveniencia de reconocer la comida como una oportunidad de acercamiento y convivencia y la preferencia por productos que favorezcan la sustentabilidad.

 

Según su declaración, las Guías Alimentarias para Chile 2022 están orientadas por los siguientes principios:

 

  1. Promover alimentos nutritivos, inocuos y sostenibles.
  2. Potenciar los sistemas alimentarios sostenibles.
  3. Privilegiar los alimentos frescos, naturales y mínimamente procesados.
  4. Considerar la diversidad de los territorios y de la estacionalidad en la producción de alimentos.
  5. Apreciar la importancia de preparaciones caseras.
  6. Respetar las culturas alimentarias.

 

 

Las Guías Alimentarias introducen el conocimiento científico vigente al momento de su elaboración y dan cuenta de cómo se va actualizando en el transcurso del tiempo.

 

Es lo que ocurre con la indicación de consumo de leche. En la edición de 2013 se recomendaba que fuera descremada pero los últimos avances de la ciencia en este campo han descartado esta restricción, “porque el nuevo conocimiento, expresado en las Guías Alimentarias recientemente publicadas en Chile, nos está diciendo que la grasa láctea no tiene los efectos negativos que se pensaba hace 10 años o 20 años”, señala el doctor en Nutrición y Alimentos Samuel Durán, director del Magíster en Salud Pública de la Universidad San Sebastián, que fue también miembro del equipo que colaboró en la elaboración del instrumento.

 

La expectativa es que las Guías contribuyan a modificar hábitos negativos de la alimentación de los chilenos. Entre ellos el doctor Durán identifica como el más dañino el alto consumo de productos ultra procesados. Aquellos que utilizan recursos como saborizantes, aditivos y colorantes para presentar la apariencia de ser alimentos cuando en realidad no lo son.

 

Chile es el segundo país de Latinoamérica que más ingiere estos productos y el doctor Durán considera que “si los chilenos dejaran de comer tantos alimentos ultra procesados mejoraría de forma sustancial estado de salud en general”.

 

PESCADO AUSENTE

 

El doctor Rodrigo Valenzuela aspira a que el documento que se ha puesto en circulación ayude a modificar la poco saludable dieta que consumen los chilenos, según la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2014.

 

“Primero, señala el profesional, es muy poco variada. Todos los días comemos lo mismo. Dependiendo del ingreso el desayuno va a ser una taza de té con azúcar y un pan con algo, que generalmente es margarina, cecina o mermelada. Si hay un poquito más de ingreso podría haber también café”.

 

En la medida que aumenta el poder adquisitivo, señala el nutricionista, se incorporan leche, huevos y jamón, para acompañar el pan. “En general, señala Valenzuela, es un desayuno sobre la base de pan y de calorías a través de azúcar”.

 

En el almuerzo, sostiene, se mantiene la escasa variedad: “alto consumo de fideos y de arroz. En el caso de los ingresos más bajos, se acompañan con embutidos, como vienesas o nuggets. En los sectores de ingresos más altos se agrega nuevamente el huevo, también el pollo; si son aún más altos, las carnes rojas, y si son todavía más elevados, el pescado”.

 

El doctor Valenzuela indica que en los sectores bajos y medios se observa escaso consumo de ensaladas, frutas “y en la once se tiende a repetir lo mismo que en el desayuno y en estos estratos no se acostumbra la cena”.

 

Menciona otros aspectos que también debieran corregirse con instrumentos como las Guías Alimentarias: “Nosotros comemos muy pocas legumbres. Debiésemos comer legumbres dos veces a la semana. Eso prácticamente no está dentro de la dieta chilena”.

 

Agrega que “entre hortalizas, verduras y frutas debiésemos consumir por lo menos 5 porciones al día. Ni siquiera estamos consumiendo dos. En el consumo de lácteos con suerte se llega a dos porciones en algunos sectores socioeconómicos. En otros con suerte una”.

 

Otro tanto apunta en relación a los productos del mar: “El pescado es prácticamente inexistente en la dieta chilena. Incluso en las zonas costeras”. El contraste se produce con otros alimentos: “consumimos una gran cantidad de cereales, de masas. Pan, masas dulces como pasteles. Ha aumentado considerablemente el consumo de pizza, de productos azucarados como bebidas gaseosas, o helados.”

 

PARA SER ALGÚN DÍA UN PAÍS DESARROLLADO

 

La perspectiva, opina el nutricionista, puede verse agudizada por efecto de la inflación: “sobre todo en los sectores de menores ingresos reduce la variedad de alimentos de la dieta. Las personas de estos estratos tienden a consumir en estas circunstancias las mismas calorías, pero básicamente provenientes de hidratos de carbono, de almidón, de masas, de cereales, de arroz, o de grasas, como frituras y mayonesa”.

 

Junto a un abundante material de contexto, las Guías Alimentarias que comienzan a circular en Chile destacan los siguientes 10 mensajes que resumen esencialmente su contenido:

 

  1. Consume alimentos frescos de ferias y mercados establecidos.
  2. Ponle color y sabor a tu día, con frutas y verduras en todo lo que comes.
  3. Come legumbres en guisos y ensaladas todas las veces que puedas.
  4. Bebe agua varias veces al día, no la reemplaces por jugos y bebidas.
  5. Consume lácteos en todas las etapas de la vida.
  6. Aumenta el consumo de pescado, mariscos o algas de lugares autorizados.
  7. Evita los productos ultra procesados y con sellos “ALTOS EN”.
  8. Comparte las tareas de la cocina disfrutando de preparaciones nuevas y tradicionales.
  9. En la mesa disfruta de tu alimentación, come acompañado cuando pueda y saca pantallas.
  10. Protege el planeta, cuida el agua, no botes comida, separa tu basura y recicla.

 

Asimismo, estas Guías incluyen una importante cantidad de recetas para facilitar y favorecer la alimentación recomendada.

 

Tanto el doctor Valenzuela como el doctor Durán manifiestan que dado el valor estratégico de estas Guías para la salud de la población y la economía del país se debe hacer todos los esfuerzos para que su difusión permita que se cumplan sus objetivos.

 

El documento es accesible y puede ser revisado en su totalidad en el sitio web del Ministerio de Salud, www.minsal.cl

 

“Esta es una inversión, destaca el doctor Durán, para la sociedad, para la economía, para tener un Chile más justo, más sano, más equitativo. La alimentación en los niños va a generar un desarrollo, un crecimiento adecuado, un mejor nivel cognitivo. La nutrición es clave si queremos algún día llegar a ser un país desarrollado”.

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