Un programa de certificación impulsado por el Consorcio Lechero, y gestionado por el Ministerio de Agricultura y la Agencia Chilena contra el Cambio Climático, busca incentivar la producción sustentable de predios lecheros del país.
La iniciativa abordará una revisión de los procesos desde una perspectiva de triple impacto: económico, ambiental y social. Se estima que el sector lechero emplea a 110 mil personas en el país, y que más de la mitad de los predios son manejados por empresas familiares. También se incluyen en el conteo cooperativas y productores independientes.
La certificación se encuentra en una etapa piloto, la cual partió el año pasado, y comenzará con 196 productores de leche, distribuidos entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos. El Estándar de Sustentabilidad de Predios Lecheros se entrega en el contexto del programa Chile Origen Consciente del Minagri.
Según destacó la coordinadora del área de sustentabilidad del Consorcio Lechero, el programa apunta en dos direcciones: por una parte, seguir fomentando la producción sustentable de este alimento esencial en las dietas de las personas y, al mismo tiempo, incentivar el consumo de lácteos en aquellas personas que consideran aspectos de sustentabilidad de los procesos. Se agrega al Acuerdo de Producción Limpia Industria Procesadora Láctea Sustentable, que incluye a más del 80% de la leche que se produce y procesa en Chile, lo cual contribuye a garantizar al consumidor el trabajo que desarrolla el sector.
“Las personas están cada vez más informadas y exigen que los alimentos que forman parte de su dieta tengan no solo un alto valor nutricional, sino que generen un menor impacto al planeta. En ese contexto, reconocemos como sector que tenemos que ser capaces de comunicar de manera fidedigna que la leche en Chile cumple con estándares altos y que aun cuando existen brechas, se está avanzando decididamente en mejorar las prácticas de producción con foco en la sustentabilidad de toda la cadena”.
La actividad productora de leche es, en términos económicos, una fuente de empleo e ingresos relevante en al menos seis regiones del país, de la que directa e indirectamente viven casi medio millón de personas. Al mismo tiempo, destacan que en el 80% de los predios los animales se alimenten de pastoreo y que también muchos de ellos son relevantes desde el punto de vista de la conservación de los ecosistemas y protección de la biodiversidad.
Jones, especialista en manejo medioambiente y desarrollo sustentable formada en la Universidad de Queensland, Australia, señala que, a diferencia de otros países, la producción en Chile se realiza, en general, en buenas condiciones en términos de bienestar animal, preservación de la biodiversidad y beneficio para las comunidades, aunque evidentemente se debe seguir avanzando.
“En Chile se mantienen prácticas que en otros países no existen, por ejemplo, que más del 80% de la producción es en base a pastoreo y que una de las características de muchos predios es la forma en que conviven con bosques y árboles nativos. Esta certificación apunta a reconocer las cosas positivas, pero pensando en que hay cosas por mejorar y debemos seguir avanzando”.
De acuerdo a la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y los Alimentos (FAO) la leche es considerado como un alimento sustentable para la humanidad, tanto por su alto valor biológico y nutricional como por su contribución a las comunidades que obtienen su sustento de la actividad productiva y los impactos ambientales menores a otras industrias. Se calcula que el 85% de la población mundial ingiere lácteos
Diez áreas de revisión
Chile produce anualmente 2.650 millones de litros y genera 230 mil toneladas de quesos, leches en polvo y otros derivados. Pese a este potencial, el consumo per cápita promedio de la población nacional (160 litros) es inferior al indicador sugerido por la FAO (187 litros). Algunas naciones europeas bordean los 300 litros por habitante al año y el promedio de los países desarrollados es cercano a los 250 litros.
En este contexto, el programa de certificación de predios es parte de los esfuerzos del sector por proporcionar a la sociedad nuevos elementos para incentivar el consumo de leche.
El protocolo para la evaluación de predios impulsado por el Consorcio Lechero apunta a revisar diez aspectos del proceso de producción de la leche. Estos incluyen dimensiones múltiples, que transitan por los campos social, económico y ambiental, abordando ejes como gestión de residuos, bienestar animal, protección hídrica, biodiversidad, manejo de suelo, calidad e inocuidad, gestión energética, trabajo y protección social, gestión económica y relación con las comunidades.
“Los productores de leche son normalmente familias que viven y manejan un campo para alimentar y cuidar las vacas que producen la leche la cual es vendida a una empresa procesadora o cooperativa. Es la parte de la cadena que certificamos. Lo que buscamos es que cualquier productor de leche esté disponible a acreditar la sustentabilidad de su proceso por esta vía. Queremos hacer esfuerzos para que se sientan acompañados en este desafío y que, si encontramos una brecha, podamos ayudar a resolverla”, resumió Jones.
Para iniciar el proceso de certificación, el productor de leche debe realizar un autodiagnóstico a través de una plataforma web desarrollada especialmente para ellos. Una vez que el productor está seguro de que cumple con todas las acciones se debe adherir al acuerdo de producción limpia de la Agencia Chilena de Cambio Climático. Luego, el productor llama a uno de los auditores acreditados por esta Agencia para que visite el predio y acredite el cumplimiento de las acciones seleccionadas.
Actualmente, esta fase piloto se lleva adelante con 196 predios lecheros en ocho regiones, aunque se espera llegar a los más de 4 mil predios que actualmente producen en Chile. La especialista del Consorcio Lechero destacó que el proceso es voluntario, y que las unidades lecheras a las que esperan certificar son de distinta magnitud: desde productores pequeños a medianos y grandes. Muchas de estas forman parte del segmento de las empresas de Agricultura Familiar Campesina.
“Durante el trabajo con los predios lecheros y el proceso de autoevaluación detectamos que hay aspectos de calidad e inocuidad, y de bienestar animal, donde se ha avanzado bastante en los últimos diez años. Por el contrario, tenemos menos avances en biodiversidad. En general, con estas acciones se demuestra que las buenas prácticas de sustentabilidad forman parte de las unidades lecheras nacionales”, añadió la representante del Consorcio Lechero.
Leche y ODS
La producción de lácteos se relaciona con once de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, subrayó Octavio Oltra, gerente del Consorcio Lechero, quien destacó que la industria local, inserta en el mercado mundial, debe seguir fortaleciendo mejoras en todos los eslabones de la producción con el reto de llegar a ser un sector carbono neutral en el mediano plazo.
“La sostenibilidad es hoy un imperativo para cualquier industria, en especial para aquellas relacionadas con la producción de alimentos. Para el sector lácteo nacional, que cada año nutre a nuestra población, exporta más de 280 millones de litros y genera miles de empleos, principalmente en la zona sur del país, impactar positivamente en términos económicos, sociales y ambientales es fundamental para la viabilidad futura del negocio y por tanto para las familias que dependen de él”, afirmó Oltra.
Desde el organismo sectorial destacaron que algunos de los focos en los que han trabajado con fuerza en los últimos años apuntan a difundir la evidencia científica del rol de los lácteos en nutrición y salud; la certificación de lecherías sustentables, la consolidación de un enfoque basado en economía circular; y la innovación en su procesamiento para mejorar su calidad y reducir sus impactos.
Entre sus objetivos, reducir la huella de carbono es una de las prioridades en un contexto marcado por la crisis climática y la mayor exigencia de los ciudadanos por una actividad productiva más sustentable, expuso Natalie Jones.
La representante agregó que “uno de los grandes focos que tenemos para este trabajo es porque sabemos que la leche es un alimento de alto valor nutricional, y que, a la vez, como industria, tenemos el reto de producirlo de forma responsable con el medio ambiente y la sociedad. Tenemos que ser capaces de consolidar una actividad que mire todo el espectro de la sustentabilidad, y estar conscientes que estamos insertos en territorios con una rica biodiversidad y con comunidades que dependen de la leche”.
La líder de sustentabilidad de Consorcio Lechero expuso que el sector emplea en Chile a un porcentaje importante de trabajadores de áreas rurales de la zona centro-sur y sur, por lo cual su subsistencia aporta a la permanente mejora de la calidad de vida de miles de familias.
“Una de las formas de mantener en crecimiento este sector es que los consumidores sepan que las cosas se hacen bien y que estamos enfocados en avanzar y revertir aquellas que no cumplen con la calidad máxima. Buscamos que los productores lácteos y este alimento siga siendo reconocido como una pieza fundamental de la nutrición de las personas”, concluyó Jones.