Un estudio realizado en varias regiones del país, advirtió que sólo un tercio de las personas entrevistadas está ingiriendo las tres dosis diarias de productos lácteos, recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También arrojó que el queso es el más consumido por los chilenos. Los datos fueron recopilados por investigadores de las universidades de La Frontera (UFRO), Católica del Norte y San Sebastián (sede Providencia).
El proyecto, que obtuvo datos con el apoyo de nutricionistas en ferias libres, centros de salud y plataformas digitales, fue apoyado por el Consorcio Lechero de Chile a través del Comité Científico de Lácteos, del programa Gracias a la Leche, una instancia que agrupa a académicos e investigadores de distintos centros de investigación del país.
Su finalidad fue identificar las prevalencias de consumo de lácteos en personas adultas y mayores en Chile, y estuvo a cargo de los académicos, Claudia Bugueño de la Universidad Católica del Norte, Gladys Morales, quien pertenece a la UFRO y Samuel Durán de la Universidad San Sebastián. Los últimos estudios relacionados provenían de la Encuesta de Consumo Alimentario en Chile (ENCA) del 2010/11 y de la Encuesta de Salud de 2016/17.
“Allí se nos mostraban algunas frecuencias de consumo, pero nosotros queríamos asociarlo, de acuerdo al sexo, a nivel socioeconómico, a la zona geográfica, y conocer algunas barreras de consumo de lácteos”, relata la Dra. Morales. Y agrega que lograron una gran representatividad, con más de 2000 personas, tanto del sexo femenino como masculino, del norte, centro y sur de Chile, y de los distintos grupos etarios.
35% de cumplimiento en personas mayores
En el estudio se identificaron varios datos en cuanto al cumplimiento de consumir tres porciones diarias de lácteos. En la población general, se encontró que cerca del 50% está cumpliendo con lo recomendado. Sin embargo, en los mayores de 60 años, el porcentaje es menor, lo que preocupa a los investigadores.
“Este grupo tenía un cumplimiento menor al 35%, lo que es muy poco, considerando que los mayores de 70 años reciben bebidas lácteas, gratuitamente, a través del Programa de Alimentación Complementaria del Adulto mayor (PACAM), entregados en los centros de salud”, resalta la Dra. Gladys Morales. Ella afirma que estas personas requieren de dichos productos, pues les aporta el calcio y otros nutrientes importantes para mantener la densidad mineral ósea de sus huesos.
Grasa beneficiosa y calcio
El estudio demostró que la grasa láctea es beneficiosa para la gente. “Es un hallazgo interesante que nos confirma que no es dañina, como se había difundido muchas veces en redes sociales. La evidencia científica apunta a que los lácteos fermentados, como por ejemplo, el queso, aportan microorganismos a nivel intestinal benéficos para el organismo. Las recomendaciones de dieta mediterránea adaptada a Chile, hace énfasis en el consumo de dichos alimentos y “nos da fuerza para poder promover el queso como un buen alimento aportador de calcio a la dieta”.
Esta es la primera vez que se clasifica por tipo de lácteos en un estudio, y que aparece el queso como el predilecto por los chilenos, luego la leche y el yogurt. “Esto nos ofrece más diversidad a la hora de entregar las recomendaciones, ya que permite que los expertos sepan que el queso, leche y yogurt están siendo los principales aportadores de calcio a la dieta, sumado a sus proteínas de buena calidad, vitamina D y del complejo B”, indica la Dra. Morales. Por lo tanto, estos alimentos nos están permitiendo cumplir con los requerimientos de calcio, en aquellas personas que consumen 3 porciones diarias.”
Nivel socioeconómico
Morales explica que el nivel socioeconómico fue uno de los factores que les interesaba estudiar en el proyecto. “Nos dimos cuenta que las personas más vulnerables están teniendo un menor cumplimiento de las recomendaciones de consumo de lácteos. Por eso, queremos contribuir a reducir estas brechas que les impiden acceder a dichos productos, como su alto precio”, indica. Y con esta información cree que se pueden desarrollar políticas públicas para mejorar este problema.
“Desde mi punto de vista creo que se podrían implementar subsidios para determinados lácteos, así también otros alimentos saludables, como frutas, verduras, aceite de oliva, entre otros, para que así la población pueda tener dichos productos y que a la vez sean más asequibles. Con una ayuda de este tipo, la gente podría comprar alimentos de calidad y en las cantidades que necesita”, declara. Y añade que también es necesario mejorar la educación alimentaria en colegios y jardines infantiles, para sensibilizar a los niños desde pequeños sobre la importancia de una buena alimentación y que sea equilibrada. “Esto nos proporcionaría tener mejores indicadores de salud”, asegura.
Impacto de las Nuevas Guías Alimentarias para Chile
Recientemente se publicaron las nuevas Guías Alimentarias Basadas en Alimentos donde también se hace hincapié en consumir tres porciones de lácteos al día, al igual que otras recomendaciones de consumo de alimentos saludables. “El problema es que a las personas más vulnerables, les cuesta mucho poder cumplirlas, por dificultades económicas. Por eso estas Guías nos plantean el desafío de poder contar con medidas estructurales, como por ej. contar con políticas públicas que ayuden a los que más lo necesitan”, declara la nutricionista.
“Queremos apoyar o promocionar el consumo de lácteos en personas mayores, debido al bajo cumplimiento que hemos descubierto y entender por qué si reciben bebidas lácteas en los consultorios, no las están consumiendo”, comenta. Y agrega que al tener Guías Alimentarias actualizadas, se refuerza la tarea de incentivar una mayor ingesta de leche, yogur, queso entre otros lácteos. En cuanto a si se siguen las indicaciones de estas guías, la experta indica que depende de muchas variables, que influyen a la hora de elegir los alimentos . “No sólo tiene que ver con lo que recomienda el médico o nutricionista, los factores psicológicos, sociales y del entorno, influyen significativamente en decidir qué alimentos consumimos, lo que se refleja en las encuestas alimentarias o de salud”.
Barreras de consumo
Dentro de la investigación se consideró explorar las barreras de consumo de lácteos. Se identificaron como principal barrera: “ la intolerancia a la lactosa” en las mujeres y también en mayores de 60 años. Asimismo “principios animalistas” fue más frecuente en menores de 35 años. “ Esta información nos ayuda a comprender de mejor forma las razones de no consumir lácteos, esto es clave a la hora de promocionar su consumo en determinados grupos objetivos”. afirmó la Dra. Morales.