En un país donde la osteoporosis representa una preocupación creciente, el
consumo adecuado de lácteos emerge como una estrategia crucial para
mantener la salud ósea.
Así lo asegura la Dra. Mabel Arinoviche, reumatóloga y presidenta de la
Sociedad Chilena de Osteología y Metabolismo Mineral (Schomm), EL tema
será uno de los ejes del XXXI congreso de la sociedad, que se realizará entre
este viernes y sábado en Santiago.
La Dra. Arinoviche destaca la importancia de los lácteos como alimentos
fundamentales para la salud de los huesos, al ser ricos en proteínas, calcio y
minerales esenciales. “En el tratamiento de la osteoporosis, es básico
asegurar un adecuado aporte de calcio y proteínas también porque son
múltiples los nutrientes que se requieren”.
La especialista explica que hay una unión en lo que es la osteoporosis y la
sarcopenia, como se conoce a la pérdida de masa muscular. “Se asocian
bastante, ambas se ven en pacientes añosos con mucha frecuencia.
Entonces, los lácteos apuntan a ambas patologías”, asegura.
“Lamentablemente, en Chile el consumo de lácteos está en disminución. Ha
sido históricamente bastante bajo, pero en los últimos años ha disminuido
todavía más. Hay estudios que muestran que hasta los seis años el aporte de
calcio por la alimentación es más o menos adecuado y el consumo de lácteos
también, pero en niños un poco más grandes, ni hablar en adolescentes y
adultos, es bastante más bajo de lo que requieren”.
Algunas personas intentan sustituir ese consumo con pastillas de calcio, pero
la Dra. Arinoviche enfatiza que el calcio de los alimentos se absorbe mucho
mejor que el de los comprimidos. En cuanto a las bebidas vegetales que se
presentan como alternativa, dice que aportan calcio, pero esta contribución
es diferente en cada una de ellas, por lo tanto, es menor que la de la leche de
vaca, ya que esta última aporta fosfato de calcio, el cual tiene una mayor
biodisponibilidad.
“Lo ideal sería que el aporte de calcio pudiese obtenerse en su mayoría por la
dieta. Pero estamos lejos de ello y, además, últimamente, ha salido bastante
propaganda o publicidad que erróneamente dice que los lácteos son malos,
que no sirven”, se lamenta.
Aclara que si bien existen altos índices de intolerancia a la lactosa a nivel
mundial se han tomado medidas correctivas. “Toda la industria láctea se
adelantó a esto y hoy todos sus productos tienen alternativas sin lactosa. Hay
yogur, leche, y quesillo que tienen la misma calidad nutricional. Si hay gente
realmente intolerante, hoy tiene varias opciones de productos lácteos, por lo
tanto, la necesidad está cubierta. Además, está disponible la lactasa en
pastillas, la cual se puede tomar previamente y así consumir cualquier tipo de
lácteos”.
Y añade: “Las personas con intolerancia grave a la lactosa no son tantas. La
gente cree que cualquier molestia que tenga inmediatamente se traducen en
una intolerancia a la lactosa o al gluten. Incluso han aparecido estas dietas de
moda que no tienen gluten ni lactosa, pero la verdad es que a veces no son
tan completas”.
La reumatóloga advierte que la condición de intolerancia debe ser
diagnosticada idealmente por un médico y que incluso existe un examen que
la puede detectar, lo mismo que la intolerancia al gluten. Las personas hoy se
autodiagnostican y restringen inmediatamente el consumo de lácteos, dice.
No solo existen alternativas frente a la intolerancia a la lactosa. Existen
lácteos sin azúcar o sin grasas. “La industria está dando todas las alternativas
para llegar a la gran masa de gente. Son muy pocos los que de verdad no
pueden consumir ningún tipo de lácteos”.
Afirma que una persona joven debería consumir tres porciones de lácteos
diarias. Esto significa, por ejemplo, un vaso de leche, un yogur y un trozo de
quesillo. La presidenta de la Schomm precisa que si se pasa de eso no es
peligroso. “Estamos hablando de los requerimientos mínimos, es como la
base. Si hay gente que le encantan los lácteos y se toma dos vasos de leche y
dos yogures no le va a pasar absolutamente nada. De hecho, en el caso de las
embarazadas el requerimiento mínimo de calcio es mayor, hasta cinco
porciones según recomendaciones de la guía perinatal del Ministerio de
Salud”.
Escenario pesimista
La Dra. Arinoviche advierte que actualmente la osteoporosis ha aumentado
porque la población de más edad también lo ha hecho. “Cien años atrás, el
promedio de vida era mucho menor que ahora, a lo mejor 50 o 60 años. En
cambio, ahora, cuando las personas viven en promedio 80 años o más, tienes
de 35 a 40 años para el desarrollo la enfermedad. La consecuencia es una
masa de afectados mucho mayor a lo que se suman malos hábitos como son
la baja ingesta de lácteos y la poca cantidad de ejercicio. “Antes la gente
caminaba más, se movilizaba más, los niños jugaban afuera en la calle,
corrían, andaban en bicicleta, jugaban a la pelota, las bolitas, estaban todo el
tiempo jugando en su barrio. Y eso se ha perdido, los niños hoy están
encerrados y reciben menos sol, lo que tampoco los ayuda con los niveles de
vitamina D. Eso no los favorece a tener un nivel de masa ósea adecuada”.
Destaca también que la osteoporosis postmenopáusica es cada vez más
frecuente debido al aumento de la esperanza de vida de las mujeres.
La proyección a veinte años le preocupa. “No es muy buena. Lo mismo que
para muchas enfermedades crónicas que han ido aumentando y los índices
de obesidad, tanto en niños como en jóvenes y adultos. Entonces, son
enfermedades que van a afectar a una importante cantidad de personas a
nivel mundial, producirán gastos en salud super altos. “Lo ideal sería
prevenirlas, con mayor ejercicio y aumento de consumo de lácteos desde la
niñez”.
También sugiere retomar antiguas conductas. Mucha gente almorzaba con
un vaso de leche, consumía lácteos durante el día, la colación de los niños los
incluía todos los días. Lo más importante es empezar a educarlos y formar
niños más sanos para que tengamos un mejor futuro”.
El XXXI Congreso de la Sociedad Chilena de Osteología y Metabolismo
Mineral (Schomm) abordará estas y otras temáticas relacionadas con la
osteoporosis y la salud ósea, como nutrición, probióticos, terapias y
ginecología. Contará con dos invitados internacionales, el ginecólogo español
José Luis Neyro y el endocrinólogo estadounidense Michael Collins, a lo que
sumarán destacados invitados nacionales como también representantes de
organizaciones como el Consorcio Lechero, que agrupa a los productores del
sector. “Ellos son parte fundamental en este proceso. Visibilizarlos y tenerlos
como socio estratégico puede ayudarnos y hacer que haya más conocimiento
real sobre lo que son los lácteos, las enfermedades por déficit de ellos y
ayudar a que esto disminuya en nuestro país al menos”, sostiene.
El evento promete ser una oportunidad invaluable para discutir y compartir
conocimientos sobre este importante tema de salud pública.